El tesoro de Costa Rica no está en la isla del Coco. Esa es una antigua leyenda. Ni tampoco en el Banco Central. El verdadero tesoro de Costa Rica se halla en el Pacífico sur del país, y espera por usted.

Esta riqueza, inmensa e intacta, yace en 4.304 kilometros cuadrados (un 8% del territorio nacional), que se extienden desde Quepos hasta la frontera con Panamá y desde la cordillera de Talamanca hasta el océano Pacífico.

Y se manifiesta en joyas naturales, arqueológicas y culturales de gran belleza, de incalculable valor y fama mundial, como el Parque Nacional Corcovado (Patrimonio Mundial de la UNESCO), el Parque Nacional Manuel Antonio, el Parque Nacional Marino Ballena, el Parque Nacional Piedras Blancas, la Reserva Biológica Isla del Caño, los Humedales Nacionales Térraba-Sierpe y el Parque de Esferas de Piedra Precolombinas (también Patrimonio Mundial de la UNESCO).

En ningún otro sitio de Costa Rica podrían encontrarse las riquezas que ofrece este destino no tradicional, que es posiblemente la zona más virgen del país desde el punto de vista ambiental y turístico. Y los visitantes admiran su exuberancia día a día.

Por eso estamos aquí. Dirigimos las velas hacia el sur y anclamos en Ojochal, un pequeño pueblo rodeado de espléndidas montañas y localizado a corta distancia de hermosas y limpias playas: Tortuga, Ventanas, Piñuela, Arcos, Ballena and Uvita (todas a un tiempo de viaje en vehículo de entre 10-25 minutes).

Muchos extranjeros arribaron a esta costa también, y quemaron las naves. Cautivados por la tranquilidad y el “bio-ritmo” de Ojochal, hoy acrecientan su atractivo con pequeños hoteles, exóticos restaurantes, olorosas pastelerías y otros servicios.

¿Acaso se resistiría usted a salir de excursión de avistamiento de ballenas y delfines con unos crujientes croissants recién horneados en su mochila?

Ojochal se localiza a 200 Km de San José, la capital del país, lo que representa entre 3.5 - 4 horas de recorrido en automóvil por buena carretera.